28 de junio de 2007

En los alrededores




El Parque Natural de las Hoces del río Duratón está situado en el noreste de Segovia, aguas abajo de la villa de Sepúlveda. En esta zona el río se ha encajado en un profundo cañon, que en algunos lugares alcanza más de 100 metros de desnivel.
Al interés y belleza del paisaje hay que añadir la gran riqueza arqueológica e histórica que encierra en su interior esta garganta. En los altos farallones rocosos que culminan las hoces anidan casi 250 parejas de buitres leonados, acompañados de un buen número de alimoches, águilas reales y Halcones peregrinos.

Datos de Fuente el Olmo


Datos del municipio

  • Distancia a la capital: 64 kilómetros.

  • Superficie (en Km2): 31,20.

  • Altitud: 847

  • Población: 141 habitantes.

  • Pedanías: Los Valles de Fuentidueña

  • Comarca:Tierras de Cuéllar

Fiestas Patronales

San Pedro (22-23 de Febrero) y Nuestra Señora de Agosto y San Roque (15 y 16 de Agosto). Aunque en los últimos años se adelanta la celebración al fín de semana anterior al 15 de Agosto.


Un apunte histórico

Fuente el Olmo de Fuentidueña en el siglo XIX: Dice Pascual Madoz en ‘Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España’ que, a mediados del siglo XIX, Fuente el Olmo de Fuentidueña tenía 90 casas, incluida la del Ayuntamiento, y escuela de instrucción primaria mixta a la que acudían 16 niños y 10 niñas. Al igual que otros pueblos de la zona, su industria era la agrícola, con la producción de trigo, cebada, centeno, garbanzos, muelas y yeros. Además, sus gentes también mantenían ganado lanar, vacuno y yegual y podían cazar libres y perdices. En aquella época eran 68 vecinos y «246 almas».

Descripción

Como otras villas de su entorno Fuente el Olmo de Fuentidueña, perteneció a la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña.La iglesia parroquial de San Pedro en su origen más remoto fue románica, como nos lo recuerda una hilera de canecillos de su fachada del mediodía, y un bello ventanal de esta época embutido en la cabecera del templo, que conserva unos más bellos capiteles figurados, en los que veremos representados un centauro disparando el arco y a dos cabezas de aves inmersas en un espeso follaje, propios del taller de canteros de Fuentidueña. El templo parroquial sería reformado en el siglo XVI y de esa época, es gran parte de la obra que hoy allí veamos.Próximo a esta iglesia, también podemos contemplar un pequeño y recoleto puente de piedra, de posible origen romano, que traspone el cauce - necesitado de limpieza - del arroyo de Las Redondas, que atraviesa el casco urbano del pueblo.


Otra obra románica de Fuente el Olmo, lo fue su ermita de san Miguel, cuyos restos pueden verse en el cementerio del pueblo, conservándose en muy mal estado su ábside y una pequeña puerta en el lado de poniente, que hoy sirve de acceso al mencionado camposanto.Dentro del término de Fuente el Olmo también se localizan las lagunas de Bodon y Angilete y el pantano de La Serranilla en los Valles de Fuentidueña.

Situación y un poco de historia


Situado entre Torrecilla y San Miguel de Bernuy nos encontramos con este pueblo de 155 habitantes del que tenemos noticias al menos desde 1164, conocido como Fonte de Olmo. Se le añadió la segunda parte de su nombre en el siglo XIX, por pertenecer a la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña. A su Ayuntamiento se ha agregado Los Valles de Fuentidueña. Reformada en el siglo XVI, la iglesia de san Pedro apóstol de este lugar presenta una torre englobada en la cabecera del templo que todavía conserva un ventanal románico con bellos capiteles figurados, donde se puede apreciar a un centauro disparando el arco y a dos cabezas de aves inmersas en un espeso follaje, propio del taller de Fuentidueña. En su interior guarda una custodia de sol realizada hacia 1740 por el platero segoviano Ildefonso José Cabañas Bernal. Por su parte, la antigua ermita de san Miguel, convertida en capilla del cementerio, también es de época románica. En enero celebran las fiestas de san Pedro; y el 15 de agosto las de Nuestra Señora de la Asunción.

Epístola de Fuentidueña

El Vivar y Sacramenia
Lagunilla para peces,
Aldeasoña para salvias.
Membibre para molinos,
Vegrafia vega llana.
Cozuelos los seroneros,
Fuentesaúco en hoyada.
Calabazas los luceros
de coger trigo y cebada.
Fuentepiñel para barros,
Torrecilla para tabla.
Fuente el Olmo para prados,
San Miguel no vale nada.
En Cobos los comalios
porque están cerca del río.
Carrascal no entra en comarca.
En los Castros los cabrones
y en Torreadrada las cabras.
Fuentesoto, fuente clara,
donde se mea la zorra
cuando le viene en gana.
Valtiendas para que lo entiendas,
los tiradores de barra,
que tiran con una escoba
por no poder con la barra.
Con los Valles y Santa Cruz
pater noster amén Jesús.
(Anónimo)

Jota de "los Resineros"


Cuatro somos de Chañe
tres de Remondo
y la tamborilera
de Fuentelolmo
de Fuentelolmo, niña, de Fuentelolmo
cuatro somos de Chañe tres de Remondo.
Buenas chicas hay en Cuellar (bis),t
ambién en Navalmanzano,
pero se llevan la gala,
Zarzuela y Fuentepelayo.
Pero se llevan la gala,
Zarzuela y Fuentepelayo.
Cuatro somos de Chañe…
Y al sonido de mi tralla (bis),
y al ruido de mis esquilones
las mozas de las posadas
se asoman a los balcones.
Las mozas de las posadas
se asoman a los balcones.
Cuatro somos de Chañe…
Las mozas de las posadas (bis),
que coloradas, qué buenas,
porque se suelen comer
de los arrieros la cena,
porque se suelen comer
de los arrieros la cena.
Cuatro somos de Chañe…
Y en Aldea Real está el árbol (bis),
y en Fuentepelayo la hoja
y en Zarzuela del Pinar
la flor de mozos y mozas.
Y en Zarzuela del Pinar
la flor de mozos y mozas.
Cuatro somos de Chañe…
Cuatro somos de Chañe,
tres de Remondo
y la tamborilera
de Fuentelolmo,
de Fuentelolmo, niña, de Fuentelolmo,
cuatro somos de Chañe,

tres de Remondo.

Riqueza en forma de árboles

El Norte de Castilla. 7 de junio de 2007

Las casas de Fuente el Olmo de Fuentidueña están rodeadas por una densa masa forestal, uno de los mayores tesoros de este pueblo segoviano.
De camino al embalse de las Vencías, en la cercana localidad de Fuentidueña, el arroyo de las Redondas atraviesa Fuente el Olmo de Fuentidueña y marca su recorrido con una frondosa arboleda.
De hecho, en el nombre del pueblo ya queda constancia de la abundancia de árboles que en tiempos de su fundación existía ya en este paraje.Hoy en día, la masa forestal sigue siendo una seña de identidad del municipio, levantado al abrigo de una densa arboleda que prácticamente rodea el caserío de Fuente el Olmo de Fuentidueña.
En el centro del pueblo, un vetusto puente de piedra aguanta estoicamente el paso de los siglos y sirve para pasar el hilillo de agua del arroyo.Entre la maleza, la corriente apenas se ve, pero el frescor de su corriente se nota en la masa verde que surge a su alrededor.
Ya fuera del casco urbano, los árboles, sobre todo chopos, marcan el sinuoso discurrir del arroyo de las Redondas. Un regalo de la naturaleza que los fuenteelolmeros han sabido aprovechar.
Y es que en este pueblo pionero en la siembra de plantas de fresas que en otoño son trasplantadas hacia las cálidas tierras del sur para que produzcan sus frutos, la extracción de madera supone otra de las actividades económicas destacadas.
De paseo
Por eso, sus gentes cuidan con esmero sus ricas arboledas, entre las que tampoco faltan los pinares propios de la comarca de Tierra de Pinares a la que pertenece. Lagunas de la del Bodón y el pantano de la Serranilla, en la pedanía de los Valles de Fuentidueña, salpican ese gran jardín que circunda Fuente el Olmo de Fuentidueña por el que sus vecinos pasean con frecuencia.
No en vano, junto a las partidas de cartas en el centro social y algún curso, los paseos son de las pocas actividades que hacen más amenas las jornadas a los vecinos, muchos ya mayores, de este pequeño pueblo segoviano.


ATRACTIVOS TURÍSTICOS

PATRIMONIO

La iglesia de San Pedro, reformada en el siglo XVI sobre el original templo románico Las ruinas se han apoderado de algunos de los monumentos con que en el pasado contaba Fuente el Olmo de Fuentidueña, como sus ermitas, ahora reducidas a unas piedras. Mejor suerte ha corrido la iglesia de San Pedro Apóstol, ubicada en el centro del pueblo y rodeada por una valla. Del primitivo templo, de estilo románico, conserva la cabecera y los canecillos de la nave. Posteriormente, la iglesia fue reformada en el siglo XVI, cuando se levantó también la torre, sobre la cabecera. En su interior, merece la pena destacar el retablo mayor, de estilo barroco, y el retablo del Cristo Crucificado, de la misma traza artística. Entre las obras de orfebrería sobresale la custodia de mediados del siglo XVIII.

FIESTAS

San Pedro en Cátedra y Nuestra Señora Aunque en menor medida que antaño, en Fuente el Olmo de Fuentidueña se sigue festejando San Pedro en Cátedra y San Isidro con la típica merienda de escabeche, pero las fiestas mayores continúan siendo en honor de Nuestra Señora. Los actos religiosos no faltan en los días grandes del pueblo, trasladados del 15 de agosto al fin de semana anterior.

EL NOMBRE

Fonte el Olmo en el siglo XII Al menos al siglo XII remonta su existencia Fuente el Olmo de Fuentidueña, pues se han encontrado documentos que lo atestiguan y que datan del año 1164, cuando aparece como Fonte de Olmo. Ya en el siglo XIX se le añadió de Fuentidueña por pertenecer, junto cono otros veinte pueblos, a dicha Comunidad de Villa y Tierra.

Viendo los coches


El Norte de Castilla. 1 de junio de 2006

Los mayores de Fuente el Olmo de Fuentidueña pasan las tardes sentados junto a la carretera.
Un grupo de vecinos sentado junto a la travesía de la localidad.
Una tarde de domingo más, una jornada agradable más, como cualquier otra en la que la meteorología invita a salir a la calle, un banco junto a la travesía que cruza Fuente el Olmo de Fuentidueña está repleto de gente.
Allí están Ángela, María, Juana, Dominica, Fermín y Lázaro viendo pasar los coches, viendo pasar la tranquila vida que a su avanzada edad les hace sentir especial preocupación por la atención médica.
Y es que, como ellos dicen, los dolores no les faltan y los medios para acudir al centro médico de Cantalejo escasean, por lo que esperan con impaciencia y alivio la puesta en marcha de servicio de transporte a demanda.
«Aquí lo que nos hace mucha falta es que nos pongan un coche para ir al médico porque la mayoría somos de setenta para arriba y no tenemos coche y si vas a buscar uno no le encuentras», advierte Lázaro.
«Es una cosa muy necesaria porque todos somos muy mayores y no tenemos medios para ir», añade una compañera de banco.
Por su avanzada edad, por la carencia de vehículo propio se muestran agradecidos con los vendedores ambulantes que les abastecen de pan, fruta y pescado, «aunque carnicero no, hay que ir a buscarlo», apunta Fermín.
La cercana localidad de Torrecilla les aprovisiona y muchos no dudan en recorrer a pie los dos kilómetros de distancia. «Pero si llamas te lo sirven», aclara Juana. Saben que no están en la mejor posición, que quizá la vida es algo aburrida, pero son conformistas, pertenecen a otra generación acostumbrada a sobrevivir con poco.
«Aunque sea aburrido, qué lo vamos a hacer. Nos hemos hecho ya a ello», apunta María. Lo cierto es que sí añoran sus años de juventud, aquellos en los que el pueblo tenía más gente, más vida y más fiestas.
Aunque los festejos en honor de Nuestra Señora de la Asunción siguen conservando la esencia de la misa, la procesión y las danzas, han perdido vitalidad.
«La víspera de la fiesta, estabas segando y aunque estabas cansada no te dabas cuenta, llegabas y te ibas a la velada y al otro día a segar. Ahora no hay nada de eso», comenta Juliana, que se une al grupo tras el paseo.
La merienda con escabeche de San Isidro se sigue sirviendo, pero ya no es como antes, como tampoco lo es San Pedro en Cátedra o ni la Semana Santa, y de aquellos ruidosos carnavales solo queda el recuerdo de los habitantes de Fuente el Olmo de Fuentidueña.

Las mujeres se reúnen cuatro días a la semana para jugar a las cartas


Un grupo de mujeres jugando a las cartas en el centro de jubilados. / Isabel Jimeno Como cada jueves, un reducido grupo de mujeres –la cifra de habitantes no da tampoco para mucho más– tiene una cita esta tarde en el centro de jubilados ubicado en la plata baja de la Casa Consistorial. Las barajas y el tapete verde esperan a ser repartidas para una nueva baza a la brisca. Una partida que se convierte en mucho más que un juego de mesa. Es una vía de escape. Una rutina que se ha convertido en costumbre para romper precisamente la rutina y la monotonía de un pueblo que, como otros muchos, está ya demasiado envejecido y sin apenas entretenimiento. Una decena escasa de señoras se sienta alrededor de la mesa para comenzar la partida y conversar. Y entre mano y mano, la tarde se pasa de manera más agradable, más entretenida. El domingo, como día festivo, otra vez las cartas esperan a moverse sobre el tapete. Y la escena se repite los lunes y martes. Los días en los que, una vez han salido de casa, aprovechan para prolongar fuera la estancia. Y es que después del taller de memoria de los lunes, toca brisca. Martes y jueves, las clases de gimnasia también van precedidas de la partida.En la mesa contigua, cuatro señores permanecen ajenos a lo que ocurre alrededor. Ni siquiera un ruido les hace perder la concentración en el juego. Están inmersos en la partida y todo a su alrededor les es ajeno. Los ruidosos comentarios de las jugadas y el bullicio que invade la pequeña estancia cuando se abre la puerta sorprende, contrasta con el silencio que recorre las calles de Fuente el Olmo de Fuentidueña. La elevada edad de la mayor parte de sus 130 habitantes le obliga a esa callada apariencia, interrumpida por el paso de vehículos por la travesía y por los trabajadores que diariamente acuden a una importante empresa enclavada en el municipio.

Entre los árboles

El Norte de Castilla. 23 de julio de 2005

La gran masa arbórea es uno de los mayores orgullos de Fuente el Olmo de Fuentidueña .
El monte, los pinos y los chopos que rodean Fuente el Olmo de Fuentidueña suponen los mayores atractivos de la localidad, que precisamente debe parte de su nombre a esa importante masa verde.
Y es que los olmos que antes circundaban el casco urbano eran tantos que no dejaban ver las casas hasta llegar a la puerta. «Es uno de los pueblos más bonitos», apunta el alcalde, Rafael Pérez Herrero, orgulloso del rico patrimonio natural que atesora la localidad.
Aunque con el paso de los años parte de ese encanto se ha ido perdiendo. Al igual que la población desciende, la cantidad de árboles también disminuye. Tampoco el arroyo que atraviesa el pueblo ha soportado imperturbable el paso del tiempo y el agua ya no corre.
Aún así, la masa verde de árboles, arbustos y plantas permiten seguir el cauce, que junto a la plaza debe sobrepasarse sobre un viejo puente de piedra que sí ha sido capaz de sobrevivir a las embestidas del tiempo.
Peor suerte han corrido las ermitas, de las que apenas se mantienen en pie un montón de piedras. Sin embargo, la iglesia de San Pedro continúa haciendo frente al paso de los años como uno de los elementos que hacen sentirse más orgullosos a los vecinos de Fuente el Olmo de Fuentidueña.
Pero si hay algo en lo que el paso del tiempo ha dejado una importante huella es en el censo de población. La situación de Fuente el Olmo de Fuentidueña no es nueva en buena parte de la provincia, pero no por ello deja de provocar tristeza entre los vecinos que ven cómo el número de habitantes cae sin previsiones de un posible repunte. Los niños se cuentan con los dedos de la mano, la población activa tampoco es grande, la mayoría ya son jubilados, y con estos dos pilares básicos tambaleándose, las previsiones apuntan a que la localidad se convertirá en un pueblo de veraneo.
«A la vuelta de unos años, como somos muy mayores, será un caserío. Las tierras las van a hacer entre cuatro y se van a ir a Cantalejo, algunos ya se han ido», advierte Eusebio, uno de los poco más de sesenta habitantes que a diario viven en el pueblo. «Es un desastre. No hay vida, no hay nada, cada día peor», añade. «Da pena ver que no hay chicos por las calles», apunta el regidor.
Fiestas en peligro.
Pero ahora esa situación queda un poco olvidada. Con el verano, los pueblos segovianos recuperan el colorido de la mano de los veraneantes.
Además, en unos días, la primera semana de agosto, Fuente el Olmo de Fuentidueña se vestirá de fiesta para celebrar Nuestra Señora de la Asunción y San Roque, aunque este año el alcalde lamenta que la paupérrima economía del pueblo afectará a los festejos y en un bando reclama la colaboración de los vecinos para que estos días de alegría sigan adelante.
A la espera de que la música de las orquestas cambie el sonido del pueblo, la visita diaria del panadero, la bocina inconfundible del pescadero y la de los fruteros que abastecen al pueblo llevan nuevos aires a Fuente el Olmo de Fuentidueña y hacen salir de sus casas al menos de un centenar de habitantes que a diario permanecen en el pueblo, aunque ahora son muchos más los que habitan en las nuevas casas de la localidad.

 
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