17 de julio de 2009

Sacramenia

El conjunto natural y patrimonial de Sacramenia hacen de esta localidad un lugar digno de visitar. Su nombre que deriva del latín significa ruinas o muros sagrados y es uno de los topónimos más antiguos de la comarca. Esta tradición remonta su origen a los tiempos en los que vivió en la zona un viejo anacoreta de nombre Juan que alcanzó fama de santidad. Por la austeridad de sus hábitos era conocido como Juan Pan y Agua.


En esa zona habitada por eremitas se fundó el monasterio cisterciense de Santa María durante el reinado de Alfonso VII. Conocido como el Coto de San Bernardo se encuentra situado a tres kilómetros del casco urbano y a él se llega por una estrecha carretera cubierta con una bóveda natural de ramas de quejido.

Declarado Monumento Nacional en 1931, la iglesia es la mejor muestra de la arquitectura cisterciense de la provincia y una de las mejores de Castilla, siendo quizás la fundación más temprana del Cister en tierras españolas.


La portada occidental, de múltiples arquivoltas y rematada con un gran rosetón, es una de las primeras gratas impresiones que se lleva el visitante que sin salir de su asombro se deleita con otro de los elementos que hacen singular a este edificio, su cabecera de cinco ábsides.

Es un conjunto sorprende y armonioso a pesar de los expolios que ha sufrido ya que ni vecinos ni turistas pueden contemplar el monasterio en todo su esplendor porque el claustro fue desmontado y trasladado a Estados Unidos. Ocurría en 1925 cuando el magnate del periodismo americano, William Randolph Hearst compraba por 40.000 dólares el claustro y la sala capitular.


Fue desmontado y trasladado al otro lado del charco. Cuando el imperio de Hearst se desmoronó en 1937, este patrimonio cambió varias veces de dueños. Finalmente, en 1962 lo adquirió la Diócesis Episcopal del Sur de Florida que las convirtió en parroquia y museo. Pero el coto de San Bernardo, incluido el monasterio, es de propiedad privada. Sólo está abierto al público los miércoles de diez de la mañana a dos de la tarde.

En una ladera

De regreso otra vez al casco urbano, el visitante se da cuenta de que Sacramenia sigue conservando el encanto de los pueblos asentados en cuesta. En lo alto del pueblo, dentro del caserío, está la iglesia de San Martín de Tours, un templo de considerable tamaño que conserva la cabecera románica con triple arquería. Desde este cerro, el visitante obtiene unas vistas magníficas de la localidad y su entorno.

En el fondo de su valle se encuentran cultivos de regadío que se alternan con algún campo de cereal. También es frecuente observar algún rebaño de ovejas churras, que se alimentan de unos excelentes pastos y a las que profesan unos mejores cuidados. De aquí salen unos de los mejores corderos asados de toda la provincia y un fantástico queso artesanal.

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