29 de septiembre de 2011

Quietud en las Vencías (La Serranilla)

En su penúltimo tramo, aguas abajo del parque natural, el Duratón se encaja en una quebrada cuyo precipicio da nombre al paraje, jalonado de ermitas abandonadas y solitarios enebros.

El muro de la presa de Burgomillodo interrumpe bruscamente el recinto del parque natural de las Hoces del Duratón. Luego, el río visita pueblos de vega, como Carrascal, Cobos de Fuentidueña o San Miguel de Bernuy. En estos diez kilómetros el Duratón discurre tranquilo y cobijado entre alamedas. A San Miguel alcanza la cola de un nuevo embalse, que apresa al Duratón en Las Vencías, o sea, las tierras vencidas, hundidas, quebradas. San Miguel guarda la tradición de las pesqueras medievales, que aquí tenían los monjes de Sacramenia y los variados señores de la zona, porque sus aguas eran las mejores para batir la pesca.



La iglesia de San Miguel es la suma de un mestizaje de estilos y épocas que en ningún caso resulta estrafalario. Románica en origen, fue reformada en el dieciocho. La torre le da un aspecto de fortaleza y fue traída desde la ermita de los San Pedros, que es la ruina que asoma al fondo, erguida sobre los cortados del río. Más adelante, en la misma orilla, se encuentran las ruinas de los San Martines, mientras a la izquierda aparecen las Ermitonas. Esta última, situada al otro lado del río, contaba incluso con muralla defensiva.

LAS ERMITAS DE LOS BUITRES
Entregadas al abandono, los huecos de sus ruinas se han convertido en nichos para los buitres y los alimoches que planean sobre los cortados de Las Vencías. Las Ermitonas, a cuya vera pasa nuestra ruta, se llamó del la Virgen del Río y en ella se celebraba la romería del 8 de septiembre. Según la tradición, para evitar el desplazamiento a las personas mayores a un lugar de tanta devoción, trasladaron con bueyes sus piedras a su nuevo emplazamiento dentro del pueblo. Vecino de las Ermitonas es el Patito, un enebro con esa imagen de ave, del que se traían los ramos para la procesión de la borriquilla.

La nueva ermita de la Virgen del Río, hecha con retales románicos, se construyó en el siglo diecinueve y está en la salida hacia Cobos. Antes de tomar la senda que recorre las quebradas de Las Vencías por la izquierda del río, hay que acercarse al remanso de las piraguas. Se desciende a la ribera por unas escaleras que bajan al lado de la iglesia de San Miguel. Un bosque de ribera protege el paseo encajado hasta el embarcadero. La tabla de la cola del embalse permite su recorrido a remo sin dificultad. Cientos de aficionados se congregan cada fin de semana y varias empresas de turismo activo ofrecen diferentes programas de actividades.

San Miguel de Bernuy también acoge en octubre una concentración internacional de Dos Caballos, que convoca un mercadillo de apliques y recambios originales. La belleza natural del entorno es semejante a la de las Hoces del Duratón, con la ventaja de que puede disfrutarse el río con deportes náuticos sin las restricciones el parque natural.

Para tomar el sendero peatonal, hay que buscar el puente de tres ojos que un día cruzó la reina Isabel la Católica, cuando acudía a Burgos para arreglar el negocio de su matrimonio. Dos antiguos molinos dominan esta zona arbolada, donde el río se despide de la vega para encajarse entre rocas peladas.

CÓMO LLEGAR
A San Miguel de Bernuy se accede desde Cantalejo por la CL-603, que comunica Segovia con Aranda de Duero. También, desde Peñafiel, por la VA-241, que remonta el curso del Duratón.

PUNTO DE PARTIDA
El camino se inicia en el puente medieval que salva el río junto a la isla del más reciente de los molinos, convertido en vivienda. Enseguida, el paseo abandona la orilla del río y remonta hacia el páramo, donde se encuentran las ruinas de las Ermitonas. Enfrente se impone el muñón de los San Pedros. Después de las quebradas, el embalse se ensancha en el paraje de la Serranilla.

RECORRIDO
A medio camino por carretera entre San Miguel y Fuentidueña se encuentra Los Valles, de donde parte una pista apta para vehículos que se adentra hasta el área recreativa de la Serranilla, que por su localización es la mejor lanzadera para aventurarse por el cañón de Las Vencías, si no se quiere recorrer en su totalidad.

DONDE COMER
En San Miguel de Bernuy, restaurante Las Dos RR(921529041).En Fuentidueña, El Chiringuito de Rufino (921 533 479). En Sacramenia, Asador Maribel (921 527 058), Mesón González (921 527018) y Asados Garci (921 527 034).

TURISMO RURAL
En San Miguel de Bernuy, El Cabañón (921 529 111) . En Burgomillodo, La Casa de Julio y La Casa de Madera (921 529 420). En Fuentesaúco de Fuentidueña, La Farmacia de doña Amalia (921 169 573).

15 de septiembre de 2011

ASOCIACION CULTURAL EL OLMO Y LA VEGA

CONVOCATORIA DE REUNIÓN

DIA Y HORA: 17 de septiembre 2011 a las 18 HorasLUGAR: Centro cultural

ORDEN DEL DÍA

1.- Presentación de cuentas 2011
2.- Renovación junta directiva
3.- Revisión de cuotas
4.- Ruegos y preguntas

Nota: Se ruega máxima asistencia, y a los no socios reconsideren su participación.

14 de septiembre de 2011

El lechazo asado, en Sacramenia

Tres asadores y más de 5.000 lechazos al año hacen de la villa segoviana un lugar de culto
RTES. ASADORES MARI Y LUISA, GONZÁLEZ Y GARCÍA


Situada a la orilla del Duratón, la villa de Sacramenia se ha convertido, por derecho propio, en uno de los epicentros de la gastronomía segoviana y regional donde más afianzado está el lechazo asado. Una afirmación que respalda la importancia que tiene el lechazo en la localidad. Tres asadores, Mari y Luisa, Mesón González y Asados García configuran la oferta gastronómica de la localidad, pero con algo que les diferencia del resto, pues los dos primeros son también carnicerías.
La carnicería que fundó Maribel hace 37 años y la que creó la familia de José González y su mujer Josefa ponen sobre la mesa el verdadero origen de muchos asadores de la región: en estancias anejas a las carnicerías y en hornos de leña se asaban lechazos para los comensales en días de feria. Y esa tradición se mantiene inalterable todavía hoy en Sacramenia, lo que limita la comanda al cuarto de lechazo, las ensaladas, algún embutido y otras carnes. La materia prima está garantizada a pocos metros del horno y de la mesa.



Pero hay más, pues los tres asadores -que regentan Luisa, Pepe y Eduardo- además de llevarse bien entre ellos, mantienen con éxito una clientela que no cesa. Más de 5.000 lechazos -o, lo que es lo mismo, 20.000 cuartos de lechazo- se consumen todos los años en los tres asadores.

En el recuerdo están aquellos tiempos en los que decenas de rebaños recorrían apriscos y términos municipales. Hoy se mantienen alrededor de 2.000 cabezas y algo que afianza mucho más el nombre de Sacramenia hacia el lechazo, pues en el matadero de la localidad -del que se suministran los tres asadores y sus carnicerías- se sacrifican todos los años más de 50.000 corderos. Sacramenia es, por lo tanto, un lugar de culto del asado en Castilla y León, y con un denominador común, como es el lechazo de raza churra.

Es, sin ninguna duda, la trilogía perfecta del asado: matadero, carnicería y asador. El precio medio del cuarto de lechazo oscila entre los 30 y 35 euros y los vinos más demandados son los locales de Zarraguilla y Cárdaba, de la DOP VC de Valtiendas, a los que se une el queso elaborado en la localidad.
La localidad segoviana de Sacramenia bien merece un viaje con un único destino, como es el gastronómico, pues es uno de los templos del asado de la región.

 
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