Aquí os dejo un reportaje del pueblo vecino... qué tiempos aquellos cuando veíamos amanecer tras una buena noche de fiesta y comenzaba el espectáculo de algún amigo "energúmeno" a la caza del pato....
En las fiestas se sueltan patos por el río para que los mozos los atrapen
Deportistas y amantes de la naturaleza son visitantes habituales en el municipio de San Miguel de Bernuy, donde el futuro parece estar ligado al desarrollo del turismo rural, que llega en ocasiones en masa a disfrutar de los paisajes, del río Duratón y del piragüismo que se puede practicar en sus aguas.
Ya desde el mes de junio y prácticamente a diario, cientos de piragüistas llegan en los vehículos hasta el municipio para poder tener un acceso con sus pequeñas embarcaciones hasta las aguas del Duratón. Por ello, desde el mes de junio la actividad en el municipio es incensante.
Esta actividad se expandirá el fin de semana más próximo al 13 de junio, cuando los vecinos celebran la festividad de San Antonio de Padua. El bullicio de turistas y deportistas se une al de los vecinos e hijos del pueblo que regresan para la ocasión, convirtiendo el lugar un un frenético hervidero de dinamismo, en cuyo organigrama no faltan los actos lúdicos que se mezclan con los religiosos, donde destaca la procesión por las calles del municipio con la talla del santo.
Una vez que se cierra el verano, casi nada más comenzar el otoño, aún son muchos los que acuden al lugar para disfrutar de distintas actividades, destacando de forma especial el fin de semana más cercano al 29 de septiembre, cuando el municipio celebra la festividad de San Miguel, patrón del lugar, del que acogió su nombre y al que está dedicada su iglesia parroquial.
Son unos días de comunión para los vecinos, pero sobre todo de diversión. Aunque su duración es de solo tres días, el programa se completa con actividades para todos los públicos, y en su elaboración juegan un papel importante los vecinos y las peñas, pues para ellos son estas fiestas.
En la programación no faltan los juegos populares y tradicionales, con campeonatos de chito y bolos, que vuelven con el fin de mantener el arraigo con el que hace años contaban. Tampoco faltan los juegos de mesa, de la mano de campeonatos de brisca, tute o mus. La oferta se completa con el pregón que da inicio a los festejos, orquestas nocturnas para que todos los vecinos disfruten del baile, ludoteca y juegos para los más pequeños, una ginkana de participación en grupos, especialmente dedicada a las peñas, concurso de disfraces y fuegos artificiales.
En un programa tan variado no pueden faltar las tradiciones. Unas más modernas, como la visita a las peñas y el posterior almuerzo, que se desarrolla durante la madrugada del sábado al domingo. Tras este acto tendrá lugar otra de las tradiciones, que en algunas ocasiones no se ha podido desarrollar debido a las inclemencias meteorológicas o la falta de animales.
Se trata de la suelta de patos salvajes o semisalvajes a las aguas del río Duratón, con el fin de que los mozos del municipio, que no dudan en saltar al agua y refrescarse con un chapuzón, los capturen. Tras varios metros de nado y en ocasiones divertidas filigranas, uno a uno los patos van cayendo entre las manos de los jóvenes, que posteriormente prestarán su recompensa para degustarla en una rica merienda.
En estas fiestas de San Miguel tampoco falta la procesión con la imagen del santo paseando en carroza por las calles del municipio, ante decenas de vecinos, que no dudan en participar de forma activa con sus jotas tradicionales, uniéndose más bailarines a cada momento.
Además, en el municipio, cada 8 de septiembre celebran una entrañable fiesta, dedicada a la Virgen del Río, en la ermita de su mismo nombre, un edificio edificado con restos románicos procedentes de su antiguo emplazamiento, situado al otro lado del Duratón, donde aún hoy quedan restos del lugar conocido como las Ermitonas, donde también se hallaron restos de un palacio medieval.
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