Cuenta la leyenda que el Hércules egipcio fundó Segovia en el año 1076 antes de Cristo.
Lo que sí es cierto es que un poblado celta habitó en este espacio y que después fue conquistado por Roma. Bajo esta dominación construyeron el Acueducto, y numerosas calzadas, de las que hoy tan sólo conservamos una pequeña muestra. En el año 346 d.C. nació en Coca, el que llegara a ser Emperador Teodosio, conocido por la Historia Universal como Teodosio el grande, el último de los gloriosos césares del Imperio.
En época visigoda, en el año 642, nació San Frutos, Santo patrón de la Ciudad, quien junto a sus hermanos se retiró a las orillas del río Duratón donde tuvo lugar el milagro de "cuchillada de San Frutos".
Durante la invasión musulmana, Segovia fue tierra de nadie, y en ella habitaban tan sólo pastores y gentes de paso, hasta que Alfonso VI a principios del milenio que ahora culminamos, fomentó la repoblación de estas tierras.
Aunque sí se conocen invasiones de los moros a la ciudad; la más grave de todas fue la de Abderramán en el año 756, que se llevó por delante algunos arcos del Acueducto que fueron reconstruidos más tarde por los Reyes Católicos. Se convirtió en tierra de nadie porque a los moros no les gustaba el clima de la zona.
Dicen las crónicas que en el año 1079, recién repoblada la ciudad, dos capitanes segovianos (Día Sanz y Fernán García) se unieron al ejército que trataba de reconquistar Madrid (Magerit) y que fueron recibidos con burlas por los veteranos del frente. Los segovianos, dolidos por las burlas, tomaron la heroica decisión de atacar esa misma noche la fortaleza de los moros que, sorprendidos, huyeron. A partir de entonces, nadie volvió a meterse con ningún soldado segoviano.
En el s. XII se construyó la Catedral de Santa María frente al Alcázar; se edificaron multitud de iglesias, todas románicas; la industria pañera comenzó su gloriosa actividad... Segovia se convirtió en una ciudad importante de Castilla. De hecho, su territorio se extendía más allá de la Sierra, ocupando la mayor parte de lo que hoy es provincia de Madrid, varios pueblos de Toledo y amplios espacios de Ávila. Luego, poco a poco, por arbitrarias decisiones y disposiciones, Segovia fue perdiendo todos estos dominios.
En el s. XIII se construye la iglesia de la Vera Cruz y también se instaura la fiesta de las Águedas en Zamarramala. Por esta época, Santo Domingo de Guzmán llega a Segovia y ocurre el milagro de María del Salto; Alfonso X el Sabio acondiciona el Alcázar como residencia real.
En el s.XIV, sube al trono Enrique II de Trastamara, cuyo hijo, el infante don Pedro, cayó por uno de los balcones del Alcázar. Este no es un siglo de grandes y destacables acontecimientos para Segovia.
El siglo XV fue el siglo de Oro para Segovia: se consolida la industria pañera que alcanza fama mundial; a los reyes les gusta pasar largas temporadas en el Alcázar, muchos nobles construyen palacios en la ciudad...
Juan II fue coronado rey en la catedral de Segovia a los pocos meses de nacer. En 1425 nace su hijo Enrique IV que no iba a ser un gran rey para la Historia de España, pero sí para la Historia de Segovia: concedió multitud de privilegios a la ciudad (por ejemplo, el mercado de los jueves, que aún hoy se celebra), realizó importantes mejoras en muchos edificios, sobre todo en el Alcázar y construyó varias cosas: una ceca junto a la iglesia de San Sebastián, un palacio real junto a la de San Martín (para vivir más cerca del bullicio), la ermita de los altos de la Piedad, lo que hoy es el convento de San Antonio el Real, el Monasterio del Parral...
En 1410 ocurrió el milagro de Corpus Christi que dio origen a las fiestas de la catorcena. También nos visitó en este siglo San Vicente Ferrer, causa de que se edificara el monasterio de Santa Cruz, hoy sede de la Universidad SEK.
En 1472 se celebra un sínodo en Aguilafuente y el obispo Juan Arias Dávila mandó imprimir en Segovia el Sinodal de Aguilafuente, el que hoy en día es considerado el primer impreso realizado en España.
Para terminar el siglo, decir que el 13 de diciembre de 1474, tras la muerte de Enrique IV, Segovia coronó reina de Castilla a Isabel la Católica en el atrio de la iglesia de San Miguel.
En el s. XVI ocurrieron varias cosas muy importantes:
- los Reyes Católicos ordenan reparar los arcos del Acueducto que se habían destruido durante la invasión musulmana.
- El 8 de junio de 1525 se pone la primera piedra de la nueva Catedral.
- En 1530 nació en las calles céntricas de la ciudad, San Alfonso Rodríguez, un Santo que dedicó su vida a la oración y a servir a los demás desde su oficio de portero en un convento de mallorca, después de sufrir grandes penurias familiares, desgraciadas muertes de sus padres, su esposa y sus hijos, y del fracaso de la empresa telar familiar . Murió a los 86 años, y fue santificado el 15 de Enero de 1888; dejando en buena parte de Segovia una gran devoción a su persona.
- Nace también en este siglo Andrés Laguna, el médico más universal de la época.
- El 12 de noviembre de 1570 se casa en Segovia Felipe II con su cuarta esposa Ana de Austria.
- El 19 de marzo de 1574, Santa Teresa de Jesús, acompañada de San Juan de la Cruz funda en Segovia el convento de las Carmelitas Descalzas.
- Felipe II manda construir la Casa de la Moneda junto al río Eresma.
- La peste de 1598 da un duro golpe a la ciudad y comienza la decadencia.
El s.XVII:
- Se levanta el Santuario de Nuestra Señora de la Fuencisla.
- El Alcázar se convirtió en una vulgar prisión, pues los reyes dejan de venir a pasar temporadas en él.
- El 29 de enero de 1651 muere Diego de Colmenares, el cronista más importante de la Historia de Segovia.
- La crisis agraria llega a su peor punto en 1683 debido a una racha de gran sequía.
El s. XVIII, fue el siglo de la Granja de San Ildefonso, ya que en 1721 se puso la primera piedra del Palacio por mandato de Felipe V, el primer Borbón; y en 1728 se construyó el primer horno de vidrio. En 1746 fue enterrado en la Real Colegiata del Palacio Felipe V.
En 1751 comenzaron por orden de la viuda, Isabel de Farnesio, las obras para construir el Palacio de Riofrío.
El s.XIX supuso para Segovia un cambio de imagen, para bien y para mal: se derribaron las casas que estaban adosadas al Acueducto, pero también se derribaron un montón de iglesias románicas para hacer plazas y jardines, moda urbanística de la época...
En 1809, una gran tormenta causó daños en la torre de la Catedral y en 1825 llegó a Segovia un maestro de obras italiano, Montanera, que más que obrero era acróbata e hizo que todos los días los segovianos fueran a verle arreglar los desperfectos de la Catedral, incluido el rey Fernando VII (que se instaló en un balcón de un edificio de la Plaza Mayor), por sus peligrosas y espectaculares acrobacias.
El 6 de marzo de 1862 un incendio dejó en ruinas el Alcázar y la Academia de Artillería se traspasó al convento de San Francisco. Las obras de restauración del Alcázar no comenzaron hasta veinte años después.
El 5 de noviembre de 1884, la Real Academia de la Historia declaró al Acueducto Monumento Nacional.
En 1894 se destruye parte de la torre de San Esteban por una gran tormenta y en 1899 se incendia la iglesia del Corpus Christi.
Segovia comienza el s. XX anclada en el pasado, pero, afortunadamente, con un buen sustrato cultural que atraía a los amantes del Arte: Zuloaga, la Universidad Popular fundada por Antonio Machado, un Instituto de Segunda Enseñanza...
El 12 de julio de 1941 se declaran monumentos nacionales algunos edificios de la ciudad.
A partir de 1950, comienzan las numerosas obras públicas que convierten a Segovia en lo que hoy vemos.
El 4 de diciembre de 1985, la UNESCO declara el Casco Antiguo y el Acueducto de Segovia Patrimonio de la Humanidad.
En la década de los 90, también se han realizado numerosas reformas, que aún continúan, para mejorar la ciudad de cara al turismo, fuente principal de nuestra economía.